Con este término se definían ya en el siglo XVI músicas ejecutadas por un grupo numeroso de instrumentos, con lo que al término “grosso” se le daba sólo un sentido cuantitativo. El “Concerto grosso” adquirió después características bien definidas, derivadas del alternar de sonoridades de grupos distintos de instrumentos.
Giovanni Gabrieli, en la Sonata pian e forte, consigue un efecto de contraste combinando entre sí grupos de instrumentos de viento y de arco, utilizando en el terreno instrumental una práctica que ya existía en los “cori spezatti” de la Basílica de San Marcos.
Otros ejemplos de contraposición de instrumentos diversos puede encontrarse en varias danzas de Lulli, que muchas veces están construidas en tres partes: las dos extremas, asignadas a los famosos veinticuatro violines del rey, y la central, ejecutada por un grupo de tres instrumentos de viento, generalmente dos flautas y un fagot. El gusto por estas combinaciones entre instrumentos de sonoridades diferentes se debió, probablemente, al fuerte influjo del melodrama: en los distintos ritornelos y en las sinfonías de los melodramas, instrumentos típicamente solistas como los de viento –trompetas, flautas, oboes, trompas- solían alternar con un grupo de los de arco, sostenidos por el órgano o el clavicordio. Recordemos especialmente los bellísimos fragmentos instrumentales de las óperas de Monteverdi, tanto el Orfeo (1607) como L´Incoronazzione di Popea (1641).
Otros ejemplos de combinaciones de instrumentos se pueden encontrar en la obra de Alessandro Stradella (1645 aprox.-1682): en los ritornelos y en las sinfonías de óperas y oratorios, así como también, y sobre todo, en algunas sinfonías y sonatas, compuestas expresamente para dos coros (dos grupos de instrumentos). Recordemos, ante todo, la “Sinfonia per violini e basso a due concertini distinti” y la “Sonata di viole e concertino di due violini e lueto”. En estas obras, de fecha imprecisa (pero sí son anteriores a 1682, año de la muerte de Stradella), la forma del concerto grosso ya está delineada, y el compositor se sirve hábilmente de ella para realizar los contrastes plásticos propios de su estilo.
La estructura instrumental del concerto grosso está concretada perfectamente ya a finales del siglo XVII: un grupo orquestal llamado “concerto grosso” o “ripieno” se opone a un grupo más pequeño y complejo llamado “concertino”. El grupo instrumental más denso, llamado justamente “ripieno”, está constituido por cuatro violas (más adelante serán dos violines, viola y violoncello), sostenidas por el bajo continuo. El “concertino” en cambio por lo general está conformado, a ejemplo de la sonata “a tre”, por dos violines y un bajo (una viola da gamba, o un violoncello, o un laúd, o un auténtico bajo continuo que se ejecuta con el clavicordio).
Más adelante, cuando se multiplican los ejecutores del “concerto grosso”, este grupo instrumental constituirá una verdadera orquesta de arcos, mientras que el grupo del “concertino” conservará su carácter de “solo”. Se creará así una forma musical que, con el desarrollo de sus cuatro o más tiempos, es capaz de una amplia combinación de sonoridades y timbres: muchos compositores utilizarán, con efectos de gran eficacia expresiva, el contraste entre la armoniosa sonoridad del “tutti” y la vivacidad virtuosa del “soli”.
Las primeras grandes manifestaciones del concerto grosso son obra de Giuseppe Torelli, de Verona, y de Arcangelo Corelli, de Fusignano.
Arcangelo Corelli, Concerto Grosso op. 6, n.4 (parte 1)
Handel - Concerto Grosso in D Major HWV323 - Mov. 1-3/6
Les Luthiers: Concerto Grosso alla Rustica. Una combinación deliciosa, para mi gusto, de instrumentos clásicos e instrumentos andinos (charango, quena y bombo). Y un toquecito de humor!
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