14 jun 2010

Veni Sancte Spiritus Et Emitte Coelitus


Se trata de la famosa “Golden Sequence” , la secuencia del Pentecostés. Se canta en la Misa de Pentecostés y hasta el sábado siguiente inclusive. Está compuesta por diez estrofas de un estilo así:

Veni, Sancte Spiritus
Et emitte coelitus
Lucis tuae radium

Algunos himnólogos enlazan dos estrofas de este tipo en una sola, sin dudas para completar el esquema rítmico de la tercera línea, como en el caso del “Lauda Sion” y el “Stabat Mater”.

Un rasgo muy particular del “Veni Sancte Spiritus” es la persistencia de la misma clausura en “ium” para todas las estrofas, a lo largo de todo el himno, algo emulado en la traducción del Dr. Neale (que está en el “Baltimore Manual of Prayers”). Esta versión del himnologista anglicano es apenas menos popular que la del Hermano Caswall, que se encuentra tanto en himnarios protestantes como en católicos y en la “Raccolta” (Philadelphia, 1881).

Dean Trench y otros siguen a Durandus atribuyéndole la autoría de la secuencia a Roberto II, quien reinó en Francia entre los años 997 y 1031.
Con el Cardenal Bona, Duffield se la atribuye a Hermann Contractus (Herimanus Augiensis, Hermann von Reichenau).

En realidad, se ha encontrado esta secuencia en manuscritos del siglo XI, y del XII, pero escrita por una mano posterior, y la conclusión que se deduce es que data de un poco después de mediados del siglo XII. Esto hace más probable la adjudicación a Stephen Langton (q.v.), hecha por un escritor que, según el Cardenal Pitra, era un cisterciense inglés que habría vivido aproximadamente en año 1210.

La más probable es la adscripción a Inocencio III, hecha por Ekkehard V en su “Vita S. Notkeri” (alrededor del 1220).

Ekkehard, un monje de Saint Gall, dice que su abad, Ulrich, fue enviado a Roma por Frederick II. Se reunió con el Papa, y hablaron sobre diversos temas; allí presenció la Misa del Espíritu Santo, celebrada ante el Santo Padre. La secuencia de la Misa fue “Sancti Spiritus absit nobis gratia”. Sobre este punto, Ekkehard señala (cosa que descubrió y aprendió posiblemente del mismo abad Ulrich a su regreso a Saint Gall) que el Papa mismo “había compuesto una secuencia para el Espíritu Santo, a saber, Veni Sancte Spiritus”.


Fuente:
Veni Sancte Spiritus Et Emitte Coelitus / New Advent. The Catholic Encyclopedia.
http://www.newadvent.org/cathen/15342a.htm



La secuencia más antigua cedió gradualmente ante su rival, que había sido asignada casi universalmente a uno o más días dentro de la octava. El Misal revisado de 1570 finalmente la asignó al domingo de Pentecostés y la Octava. La revisión (1634) bajo Urbano VIII la dejó sin cambios.

Con un excelente estilo gracias a los escritores medievales, la “Golden Sequence” se ha ganado la estima universal. Las razones son expuestas por Clichtoveus, quien, en su “Elucidatorium”, la considera “por encima de toda alabanza, por su maravillosa dulzura, la claridad de su estilo, una agradable brevedad combinada con la riqueza de pensamiento (cada línea es una oración), y, finalmente, la gracia y la elegancia constructiva desplegadas en la hábil y precisa yuxtaposición de pensamientos contrastantes”.






La preciosa imagen de cabecera es del siguiente blog: Vultus Christi