En el siglo XIX, por virtuosismo se entendía casi con exclusividad el pianístico.
Cierto que hacia los años treinta se había producido el fenómeno clamoroso del virtuosismo de Paganini. pero se trataba de un fenómeno aislado y extraordinario, tanto más sorprendente y arrollador en su razón de carácter de excepción. Nunca más volvió el violín a crear un entusiasmo semejante y un fanatismo tal, que, a lo largo del siglo XIX, estaría reservado únicamente al piano.
Por lo demás, no es pura casualidad comprobar que los resultados más sublimes que se produjeron, desde el punto de vista técnico y expresivo, por el meteórico Paganini, fueron asimilados por el piano. Hay que recordar la gran importancia que tuvieron las versiones del violinista genovés realizadas para piano por Liszt, Schumann, Brahms y muchos otros.
Cierto que hacia los años treinta se había producido el fenómeno clamoroso del virtuosismo de Paganini. pero se trataba de un fenómeno aislado y extraordinario, tanto más sorprendente y arrollador en su razón de carácter de excepción. Nunca más volvió el violín a crear un entusiasmo semejante y un fanatismo tal, que, a lo largo del siglo XIX, estaría reservado únicamente al piano.
Por lo demás, no es pura casualidad comprobar que los resultados más sublimes que se produjeron, desde el punto de vista técnico y expresivo, por el meteórico Paganini, fueron asimilados por el piano. Hay que recordar la gran importancia que tuvieron las versiones del violinista genovés realizadas para piano por Liszt, Schumann, Brahms y muchos otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario